Un rebaño prosaico

Sobre el sistema educativo español II

     Continuando la queja a la situación de los exámenes finales de 2º de Bachillerato, he decidido extenderla a todo el sistema educativo español. Llevo mucho tiempo dándole vueltas, y no hay duda de que deja mucho que desear. Me gustaría establecer un debate sobre todo este asunto y que, quien quiera, dé también su opinión.

     El objetivo parece claro: no busca formar personas con espíritu crítico. Más bien, todo lo contrario. Este año ni tan siquiera se han molestado en disfrazar sus intenciones y, de forma descarada, la nueva ley de educación elimina la asignatura de Ética en los programas de la ESO. La asignatura de Filosofía de Bachillerato ya no es obligatoria en todo el territorio nacional. En la prueba final, ahora denominada EBAU, ha pasado a formar parte de la sección optativa de contenidos, de la que los alumnos pueden decidir examinarse voluntariamente para subir nota. Solo nueve autonomías han decidido aferrarse al currículo de Filosofía (entre ellas Cantabria) e implantarlas como obligatorias en algunas modalidades del bachiller -ni siquiera en todas-. Así es, la única instrucción contra la barbarie que quedaba en este país ha sido finalmente erradicada. No solo contra la barbarie, también contra la inconsciencia y la credulidad irreflexiva. Ya pueden estar tranquilos.

     Este tema lo respalda también el caso de la música. No pueden ser más las trabas que se encuentran los alumnos que cursan estudios musicales para compaginarlos con el instituto. No tienen fácil conseguir una convalidación y horas libres. ¿Por qué están infravaloradas las artes y las humanidades en este país? Porque, está claro, en un mundo deshumanizado y masificado, ¿qué interés pueden tener? Es un hecho que no hace sino corroborar el desinterés de los altos cargos que nos gobiernan por despertar la creatividad de sus jóvenes. Es duro pensarlo, pero representa una amenaza. Una amenaza para la política que no busca la prosperidad de la nación, sino la suya propia. La continua tendencia a la privatización, que ya ni se molestan en camuflar. Una prueba más del camino exponencial hacia una egoísmo desenfrenado. "Progreso", lo llamamos.

     Está el argumento de proporcionar a los jóvenes una satisfacción que solo da el dinero -las artes no sirven para nada-; y, por otra parte, el "escondido": no pueden arriesgarse a educar a la sociedad en la reflexión y el espíritu crítico. Eso explica muchas cosas sobre los planes de futuro que tienen para España, y las ideas de Platón, Marx, Arendt o Kant lo estropearían todo.

     Y esto me lleva a preguntarme: ¿cuál es realmente el objetivo de este sistema? ¿Qué tipo de personas pretende formar un país con este método? Y la respuesta está muy clara: uno que no altere sus intereses ni incomode demasiado su permanencia en el poder. Se nos amputa la creatividad, la curiosidad, el interés por aprender. Se mecaniza algo que debería ser inherente y espontáneo: el hambre de saber, el juicio razonado y crítico. Nos están entrenando en una insensibilidad e impasibilidad apabullantes. Y lo que más me asusta es ver lo sobresalientes que estamos resultando. Tan sólo espero que haya más ovejas negras en este rebaño y que también decidan abandonarlo. Pero si algo está claro es que la variedad representa riqueza de pensamiento, nuevas ideas, y la palabra que más miedo les da: "cambios".

Así pues, mejor curarse en salud. No vaya a ser que pensamos demasiado...

Paula López
My Beloved Pages

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